Los reptiles son animales ectotermos, lo que significa que la regulación de la temperatura corporal es dependiente de la temperatura exterior. Al llegar el buen tiempo y aumentar la temperatura y las horas de luz, las tortugas se activan y «despiertan» del periodo de aletargamiento, denominado brumación.
Cuando mantenemos tortugas en instalaciones exteriores, deben tenerse en cuenta las necesidades de cada animal, así como todas las precauciones para evitar accidentes asociados a fugas o golpes de calor, entre otros.
Las tortugas terrestres y acuáticas son reptiles heliotermos, es decir, captan el calor del sol para aumentar su temperatura. La exposición a la luz solar directa aporta enormes beneficios, ya que:
- Aporta calor.
- Aporta radiación UVA, que estimula el comportamiento normal (p.e. reproducción, socialización con otros congéneres, etc.).
- Aporta radiación UVB, esencial para la síntesis de vitamina D3 y la consiguiente absorción de calcio a nivel intestinal. Las tortugas que no reciben la cantidad de rayos UVB necesaria, ya sea mediante luz solar directa o con bombillas específicas, pueden desarrollar hiperparatiroidismo nutricional secundario (enfermedad metabólica) que desemboca, entre otros, en piramidismo, alteraciones del crecimiento e incluso la muerte.
Consejos generales de mantenimiento en exterior:
- Comprobar que no exista posibilidad de fuga (agujeros, puertas abiertas, etc.).
- Proporcionar un escondite que aporte sombra (cajas, hoquedades, etc.), para resguardarse del calor excesivo y posibles amenazas (p.e. depredadores como ratas, gatos, etc.).
- Algunas tortugas, en especial las terrestres, suelen ingerir cuerpos extraños como grava, césped artificial o incluso materiales plásticos poco consistentes.
- Proveer de recipientes para que la tortuga pueda beber y refrescarse, adecuadas a la especie en cuestión.
- Las tortugas acuáticas (géneros Trachemys, Pseudemys, Graptemys, Chinemys, etc.).
deben disponer de un recipiente con agua, amplio y que les permita nadar. Es importante que exista una rampa o similar que les permita salir del agua para solearse. El agua debe cambiarse con frecuencia y mantenerla lo más limpia posible. Para ello puede ser interesante alimentar a las tortugas en un recipiente aparte.
Nunca debe dejarse a las tortugas en recipientes o jaulas de donde no puedan salir, ni siquiera con agua. El calor puede elevar enormemente la temperatura del agua y causar quemaduras y golpes de calor.
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