Una de las consultas más frecuentes relacionada con el mantenimiento de los hurones es el control del celo, tanto en machos como en hembras. El celo prolongado puede desembocar en patologías, principalmente en hembras. Resulta fundamental conocer las diversas opciones para el control del celo, así como los pros y los contras de los mismos.
A continuación resumimos algunos aspectos importantes, extraídos de la conferencia «EL CELO EN HURONES: IMPORTANCIA Y ALTERNATIVAS PARA SU CONTROL» que impartió nuestro compañero Alfonso Moya (Lic. Veterinaria, Acreditado AVEPA Nuevos Animales de Compañía/Exóticos, GPCertExAP) en el pasado XIV Congreso Andaluz de Veterinarios Especialistas en Pequeños Animales, celebrado en Granada el pasado mes de noviembre de 2018.
Fisiología y signos de celo en hurones
Los hurones domésticos son poliéstricos estacionales y requieren de la presencia de periodos dinámicos de días cortos y largos para un correcto funcionamiento del ciclo anual. En ambos sexos el comportamiento sexual se manifiesta cuando los días se alargan. Los periodos reproductivos dependen en gran medida del clima de la zona geográfica y del ambiente en el que se mantienen los hurones (presencia de fotoperiodo).
En hembras el signo más característico de la presencia de celo es el aumento marcado del tamaño de la vulva; es frecuente la aparición intermitente de una pequeña cantidad de descarga sero-mucosa. Los machos experimentan un aumento del tamaño testicular. En ambos sexos (aunque de forma más marcada en machos) se produce un aumento del olor corporal, debido que la secreción de las glándulas sebáceas se ve estimulada por las hormonas sexuales. La secreción de estas glándulas también es la responsable de la apariencia y del tacto oleoso del pelo, que aporta una coloración amarillenta al mismo. Estos cambios de coloración debido a la secreción son más manifiestos en hurones de capa clara, especialmente en los albinos. La mayoría de hurones en celo suelen presentar cierto grado de prurito y/o rascado asociado al aumento de secreciones sebáceas. Aunque existen variaciones individuales, los hurones en celo suelen mostrar un comportamiento más agresivo (o al menos no tan delicado) a la hora de jugar tanto con congéneres como con personas. También es frecuente el marcaje con pequeñas gotas de orina. El apetito suele estar reducido en los hurones en celo.
En general las hembras alcanzan la madurez sexual a los 8-12 meses de edad, en la primera estación reproductiva (primavera) tras el nacimiento. Los machos suelen alcanzar la pubertad alrededor de los 9 meses de edad. La actividad espermatogénica en los machos tiene lugar desde diciembre a julio, y esto se traduce con un aumento importante del tamaño de los testículos. Las huronas son ovuladoras inducidas, y cuando entran en celo este puede mantenerse de forma persistente, a no ser que se induzca la ovulación por la monta de un macho o se suprima el celo, bien debido a un cambio brusco de fotoperiodo, médicamente o quirúrgicamente. En nuestra experiencia clínica es posible encontrar tanto machos como hembras en celo a lo largo de todo el año, debido a las variaciones climáticas y ambientales, especialmente si se mantienen en el interior.
Hiperestrogenismo
En hembras, el principal problema asociado al celo es el hiperestrogenismo, también conocido como toxicidad por estrógenos o anemia por estrógenos. El celo persistente da lugar a niveles de estrógenos elevados durante un tiempo importante, cuya principal consecuencia es la aparición de depresión de la médula ósea. De este modo se produce, de forma progresiva, una hipoplasia de todas las líneas celulares, lo que da lugar a anemia, leucopenia y trombocitopenia, con las posibles complicaciones que esto comporta. Aunque el tiempo que transcurre hasta la aparición de signos de hiperestrogenismo es variable, por norma general se requieren periodos mayores a 4 semanas (en ocasiones aparecen en celos de 8-12 meses de duración).
Control médico del celo en hurones
Actualmente recomendamos un control farmacológico o médico del celo, encaminado a prevenirlo o suprimirlo, evitando de este modo la esterilización quirúrgica. Recomendamos el uso de análogos de la GnRH (leuprorelina o deslorelina). Se trata de fármacos que suprimen la estimulación de las gónadas (testículos u ovarios) y por lo tanto evitan el aumento de hormonas sexuales y la aparición (o mantenimiento) del celo.
La deslorelina se emplea en forma de implante de 4,7 mg, tanto en machos como en hembras. Su aplicación se realiza de forma subcutánea en el dorso (entre las escápulas) y por norma general no requiere la sedación del paciente. El celo suele desaparecer de forma relativamente rápida en hembras (5-10 días), mientras que los machos suelen requerir periodos más largos (hasta 2-4 semanas). Existen diversos estudios que establecen la duración del implante que oscilan entre los 10 y los 40 meses; en nuestra experiencia clínica hemos observado efectos de entre 18 y 50 meses. Cuando el efecto del implante de deslorelina desaparece, puede administrarse otro nuevo.
La leuprorelina se emplea de forma intramuscular. En hembras su administración es bastante efectiva y el celo suele desaparecer en 5-10 días. En el caso de los machos suele observarse una reducción de los síntomas asociados al celo, aunque por norma general este no suele suprimirse por completo. La duración del efecto de la leuprorelina es de aproximadamente 4 semanas. Pasado este periodo el hurón puede volver a salir en celo, siempre que las condiciones ambientales sean propicias.
¿Por qué no esterilizar a nuestro hurón?
La cirugía ha sido durante años la opción recomendada para evitar la aparición del celo en hurones, y por lo tanto de patologías asociadas como el hiperestrogenismo.
La principal contrapartida de la esterilización es su relación con la aparición de enfermedad de las glándulas adrenales. Diversos estudios establecen una mayor predisposición a padecer esta enfermedad en hurones que han sido esterilizados, y especialmente en aquellos que se esterilizan de forma temprana. Por esta razón, en aquellos hurones esterilizados (sea cual sea la edad) se recomienda el uso de fármacos como los análogos de la GnRH para prevenir la estimulación de las glándulas adrenales y evitar la aparición de enfermedad adrenal.
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