Con la llegada del verano y sus altas temperaturas, debemos extremar las precauciones para evitar que nuestros peludos puedan padecer un golpe de calor.
¿Qué es un golpe de calor?
El golpe de calor es un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas o del esfuerzo físico en altas temperaturas. Este aumento brusco en la temperatura corporal puede ocasionar daños graves en los órganos de nuestra mascota (cerebro, corazón, riñones, musculatura…), a veces de carácter irreversible y, en los casos más graves, llegando a causar la muerte del animal.
La mayoría de mamíferos mantenidos como mascota poseen una capacidad nula o muy reducida para la sudoración, que es el principal mecanismo que poseemos los humanos para eliminar calor, y utilizan otras estrategias como el jadeo (perros) o la eliminación del calor por contacto con superficies (conejo, gato). Esto los hace mucho más sensibles a la aparición de golpes de calor, en situaciones aparentemente tolerables para nosotros. Las aves y los reptiles también pueden padecer golpes de calor.
¿Está sufriendo mi mascota un golpe de calor?
Los signos asociados a un calor excesivo son variables y dependen de la especie. Aún así, pueden tenerse como referencia un jadeo exagerado (en perros, o el mínimo jadeo en otras especies que no lo hacen habitualmente como gatos o conejos), babeo, comportamiento inquieto, mucosas pálidas o muy oscuras (cianóticas) o la respiración acelerada (taquipnea), como posibles indicadores de un golpe de calor. En casos avanzados y graves puede aparecer debilidad generalizada, falta de equilibrio, pérdidas temporales de consciencia, convulsiones, vómitos, diarrea y/o muerte del animal.
La subida brusca de temperatura puede afectar al organismo produciendo:
- Problemas circulatorios, destrucción de plaquetas y alteración de la coagulación.
- Daños hepáticos, renales y pulmonares
- Alteración en el sistema respiratorio
- Hemorragia gastrointestinal
- Daños cerebrales
¿Qué debemos hacer si observamos síntomas compatibles con un golpe de calor?
Es importante que sepamos que se trata de una urgencia veterinaria y que, por tanto, debe ser atendida por un veterinario lo antes posible para así minimizar los daños que pueda ocasionar.
Mientas tenemos acceso a la atención veterinaria, podemos ir tomando algunas medidas:
- Mantener la calma. Lo más importante es actuar con tranquilidad.
- Llevar al animal a un lugar fresco, a la sombra si es posible, o abanicarlo.
- Proporcionarle agua en pequeñas cantidades (no muy fría).
- Mojarlo con agua, sobre todo nariz, orejas, almohadillas y zonas sin pelo. Mejor con agua pulverizada o toalla húmeda. No debemos usar hielo o contacto con superficies congeladas, ya que puede provocar vasoconstricción (contracción de los capilares sanguíneos), lo que dificulta aún más la eliminación del calor corporal.
El profesional veterinario valorará el estado del animal y proporcionará los cuidados necesarios en función del caso concreto.
Algunas de las alteraciones asociadas al golpe de calor (por ejemplo, fallo renal) pueden manifestarse varios días después del episodio de sobrecalentamiento, de ahí la importancia de la monitorización por parte de un veterinario.
¿Cómo podemos prevenir el golpe de calor?
Entre las recomendaciones generales se incluyen:
- Siempre debe disponer de sombra donde tumbarse y de un buen cuenco de agua limpia y fresca. Ojo con el calor que puede aparecer bajo los toldos en momentos de máximo calor. Los conejos son especialmente susceptibles al calor aunque estén en la sombra.
- Evitar los paseos y la exposición al exterior en las horas de mayor calor. Se aconseja que hurones, conejos, roedores y aves permanezcan en el interior del hogar en las horas centrales del día.
- No dejarlos encerrado en el coche, ya que éstos adquieren mucha temperatura rápidamente.
- Durante los viajes en coche pararemos repetidamente para que pueda hacer sus necesidades, beber agua fresca y relajarse. Y nos aseguraremos de que viaja en una zona del coche que esté en sombra y refrigerada.
Además debemos saber que existen factores que predisponen a nuestra mascota a sufrir un golpe de calor con más facilidad. Estos son:
- En perros, razas braquicéfalas (bulldogs, carlinos…).
- Edad, siendo más propensos los cachorros y perros mayores.
- Sobrepeso.
- Patologías que impidan al cuerpo autorregular debidamente su temperatura como son las cardíacas, respiratorias o del sistema nervioso.
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