En estos últimos meses se está hablando mucho de las denominadas bacterias multirresistentes en todos los medios de comunicación, debido a que estamos ante un aumento alarmante de casos tanto en medicina humana como en veterinaria. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos 700.000 personas mueren al año debido a una infección provocada por bacterias multirresistentes. Pero, ¿qué son exactamente?
Se trata de bacterias que han desarrollado resistencia a múltiples antibióticos, principalmente debido a un uso inadecuado de los mismos. Por lo tanto, nos encontramos ante casos (también cuando trabajamos con animales) para los que no existen antibióticos efectivos que podamos usar frente a determinadas infecciones bacterianas.
El uso de antibióticos supone un gran avance en la medicina, ya que nos ayudan a tratar infecciones bacterianas; esto hace que enfermedades que antes eran muy graves, ahora sean relativamente fáciles de tratar. Sin embargo, en la actualidad se está dando un uso incorrecto a estos medicamentos que tantas vidas han salvado:
- Tratar con antibióticos infecciones que no son bacterianas, como virus, hongos o parásitos.
- No respetar la posología descrita. Administrar antibióticos a dosis incorrectas o menos tiempo del que ha recomendado el veterinario.
- Usar antibióticos de amplio espectro sin el resultado de un cultivo y antibiograma.
- Usar antibióticos sin la prescripción del veterinario.
La mayoría de estas bacterias son oportunistas, lo que quiere decir que viven en la piel y mucosas de mascotas y propietarios, así como en el medio ambiente. Sin embargo, debido a otra enfermedad principal (infección vírica, inmunodepresión, estrés…) aumentan en número provocando una infección secundaria que complica el cuadro clínico y empeora el pronóstico.
En estos últimos meses, estamos teniendo un aumento alarmante de casos en los que, tras realizar el cultivo y antibiograma, nos encontramos con que no hay (o existen muy limitados) antibióticos para tratar la infección que padece nuestro paciente. En muchos de estos casos las bacterias tienen carácter zoonótico, lo que quiere decir que pueden contagiarse de personas a animales y viceversa, aumentando el riesgo de diseminarse entre la sociedad.
Desde Hispalvet veterinarios queremos concienciar de la importancia de cumplir las pautas descritas por tu veterinario a la hora de administrar un antibiótico, no administrar estos medicamentos a las mascotas sin que lo haya revisado y prescrito un profesional, y la necesidad de realizar cultivos y antibiogramas siempre que el animal lo necesite.
¡Está en juego la salud de todos!
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